Los mayas poseían una estructura social que se manifiesta en las edificaciones que conforman sus ciudades. A diferencia de otras ciudades prehispánicas, las mayas no tenían espacios dedicados a funciones comerciales, aunque las estructuras urbanas permiten ver grandes espacios, la vida social se manifestaba en baños de vapor, juegos de pelota, areas dedicadas a actividades religiosas y politicas y, desde luego en viviendas, que se asentaban en amplios sectores en torno a la parte principal de la ciudad con caraterísticas monumentales.

La gran Plaza Central, llegando al sitio desde el norte, está rodeada por una muralla en talud de una altura de seis metros, en cuyo interior se encuentran los monumentos más célebres de la ciudad. En su centro destaca el llamado Castillo, gran pirámide de seis niveles coronada por un edificación de planta rectangular, cuya entrada está flanqueada por columnas en forma de serpientes emplumadas.

En el lado este de la plaza se encuentra el nominado Templo de los Guerreros. Bajo éste se encuentra el más antiguo edificio dedicado Chac Mool, con pinturas murales y bancas policromadas que figuran personas de alta alcurrnia sentadas sobre cojines de piel de jaguar y guerreros armados sentados en tronos con forma de jaguar. Al norte del edificio se puede observar el Templo de las Mesas, en cuyo interior fueron encontradas columnas que conservan su policromía original. 

En la plaza central hay varias plataformas menores. La Plataforma de Venus, con balaustradas y cornisas superiores decoradas con serpientes emplumadas. El Campo de Juego e Pelota y las estructuras anexas cierran el lado occidental de la plaza. Frente a la plaza está el Templo Inferior de los Jaguares, en cuyo interior, además de bajorrelieves puede verse una escultura trono en forma de jaguar. El sacbé que conduce al Cenote Sagrado, parte del lado norte de la Plaza Central. 

Destaca por su utilitario diseño el edificio redondo, ubicado del lado sur del conjunto, dedicado a la observación astronómica. Los mayas poseían gran interés en el movimiento del sol, los planetas y las estrellas. Tanto por su aspecto práctico, la época de lluvias, trascendental para la agricultura, inicia un poco después del cruce del sol por el cenit en mayo; cuanto por la religiosidas y sus ritos, el sol, la luna y los planetas eran las manifestaciones físicas de algunas deidades mayas. 

Maní

En 1524 doce franciscanos dirigidos por fray Martín de Valencia, iniciaron la sanguinaria propagación de la fe cristiana en Mesoamerica. Para ello utilizaron algunos de los hábitos propios de las culturas prehispánicas. Este proceso dió origen a un cierto sincretismo tanto religiosos como arquitectónico. 

Los mayas, así como la mayor parte de las poblaciones prehispánicas, no usaban de espacios cerrados para sus actividades sociales. Por tanto, los templos católicos hubieron de crear espacios abiertos para congregar a los futuros conversos. Para la arquitectura, el más importante fue el convento novohispano del siglo XVI, que resignificó los espacios y rigió de la vida de las poblaciones militarmente conquistadas.